Nuevos rumbos para el
movimiento analítico: el debate sobre Dios
Las críticas a las principales tesis
metafísicas del movimiento analítico realizadas por Popper y otros, han tenido
el efecto de que muchos filósofos,
dentro de este movimiento, hayan aceptado plantearse cuestiones metafísicas,
incluidas cuestiones teológicas como la existencia de Dios.
Sirva de
ejemplo el debate que sobre Dios (y la posibilidad de demostrar su existencia)
se lleva a cabo en el seno de este movimiento en nuestros días.
Te cuento:
El agnosticismo de
Wittgenstein
Aunque el
segundo Wittgenstein era más comprensivo para con el lenguaje teológico, lo
cierto es que lo consideraba más bien la expresión de un deseo humano de
encontrarle sentido al mundo. Pero de ninguna manera podía tomarse como un
intento racional de llegar a demostrar la existencia de Dios. Tal posibilidad
está fuera del alcance de la razón humana.
La posición
de Wittgenstein no es una posición atea sino agnóstica: no niega la religión ni
la posibilidad de que existan las realidades como Dios. Lo que Wittgenstein
niega es la posibilidad de construir un discurso racional sobre estas
cuestiones. La religión forma parte de “lo místico”. Y la experiencia mística
no es un conocimiento, sino un sentimiento de que existe el sentido del mundo.
Por eso para Wittgenstein:
“Creer en un Dios quiere decir comprender el sentido de la vida. Creer en un Dios quiere decir ver que con los hechos del mundo no basta. Creer en Dios quiere decir ver que la vida tiene un sentido” (Diario Filosófico)
“Creer en un Dios quiere decir comprender el sentido de la vida. Creer en un Dios quiere decir ver que con los hechos del mundo no basta. Creer en Dios quiere decir ver que la vida tiene un sentido” (Diario Filosófico)
La posibilidad
racional de Dios
Pero otros
miembros destacados del movimiento analítico como E. Anscombe, discípula
predilecta de Wittgenstein, N. Malcolm, Alvin Plantinga o R. Swinburne han
defendido la posibilidad de un conocimiento racional de tipo probativo acerca
de la existencia de Dios y la capacidad del método analítico para estudiar
diferentes aspectos de la religión como el concepto de Dios, los argumentos
sobre la existencia de Dios, el problema del mal o la racionalidad de la religión.
Para estos autores es posible desarrollar una "filosofía analítica
de la religión" que ponga el acento en el análisis lógico y conceptual de
los enunciados religiosos y mostrar que la creencia religiosa en Dios tiene sus
razones.
Malcolm, que fue discípulo de Wittgenstein, cree posible enunciar el argumento ontológico de modo que pruebe, al menos la racionalidad, de la existencia de Dios:
"Si Dios existe, su inexistencia es imposible, y si Dios existe, su existencia es necesaria. Para que la existencia de Dios fuera imposible, tendría que ser contradictoria. Como el concepto de Dios no es contradictorio, la existencia de Dios es necesaria".
A este argumento se le ha criticado (Findlay) que "no es posible construir puentes entre meras abstracciones y la concreta existencia". Pero Malcolm se defiende: es cierto referido a existencias de tipo contingente, pero no si se trata de una existencia necesaria, la cual ha de ser una propiedad del ser "absolutamente ilimitado".
Malcolm, que fue discípulo de Wittgenstein, cree posible enunciar el argumento ontológico de modo que pruebe, al menos la racionalidad, de la existencia de Dios:
"Si Dios existe, su inexistencia es imposible, y si Dios existe, su existencia es necesaria. Para que la existencia de Dios fuera imposible, tendría que ser contradictoria. Como el concepto de Dios no es contradictorio, la existencia de Dios es necesaria".
A este argumento se le ha criticado (Findlay) que "no es posible construir puentes entre meras abstracciones y la concreta existencia". Pero Malcolm se defiende: es cierto referido a existencias de tipo contingente, pero no si se trata de una existencia necesaria, la cual ha de ser una propiedad del ser "absolutamente ilimitado".
Plantinga se opuso
inicialmente al argumento de Malcolm. Según Plantinga Malcolm dice: "la
existencia de Dios es lógicamente necesaria". Para Plantinga equivale a
decir: "la proposición 'Dios es' es lógicamente necesaria". Si es
verdadera, su negación nos conduciría a una contradicción y no parece que la
proposición "Dios no existe" sea contradictoria.
Ahora bien, el argumento se puede formular de otro modo más plausible para Plantinga: es posible que haya un Ser que tenga la máxima grandeza (puesto que si una proposición es posiblemente verdadera desde el punto de vista lógico entonces es necesario que sea posiblemente verdadera). De esto se sigue, por lógica modal ordinaria, que la máxima grandeza no sólo está posiblemente ejemplificada, sino ejemplificada de hecho.
Ahora bien, el argumento se puede formular de otro modo más plausible para Plantinga: es posible que haya un Ser que tenga la máxima grandeza (puesto que si una proposición es posiblemente verdadera desde el punto de vista lógico entonces es necesario que sea posiblemente verdadera). De esto se sigue, por lógica modal ordinaria, que la máxima grandeza no sólo está posiblemente ejemplificada, sino ejemplificada de hecho.
Pero a Plantinga le preocupó
sobre todo resolver la objeción a la existencia de Dios que supone la
existencia del mal en el mundo. Al respecto nos dice:
n
“La creación de un mundo que contiene bien moral es
un curso de acción arriesgado que implica una cooperación: requiere de la
concurrencia no coaccionada de criaturas libres. Pero entonces la actualización
de un mundo que contiene bien moral no depende solo de Dios. Depende de Dios,
por supuesto, crear o no crear criaturas libres, pero si Dios apunta a producir
bien moral, debe entonces crear cria-turas libres de cuya cooperación desea
depender. El poder de un Dios omnipotente queda así limitado por la libertad
que otorga a sus criaturas”.
n Hay razones que explicarían la compatibilidad de la existencia de Dios
con el mal físico: es posible que los ángeles caídos, es decir, determinadas
criaturas libres, sean la causa de ese mal, para desesperación humana.
Para William
Craig: es intuitivamente obvio que todo lo que existe tiene una causa de su
existencia, pero si el universo comenzó a existir como sostiene la astrofísica
actual, entonces tiene que haber una causa de su existencia.
Para
R.
Swinburne los argumentos sobre la existencia de Dios tomados en su
conjunto convierten la existencia de Dios en más probable que la inexistencia.
Retoma el argumento cosmológico y también el teleológico que reformula así:
"Si la causa de cada estado del universo son estados previos y no nos remontamos a una causa primera, entonces el universo como un todo queda inexplicado. Esto se evita si admitimos que Dios es causa de que el universo se sostenga en el ser y que unos estados den lugar a los siguientes"
"La multiplicidad ordenada que vemos en el universo hace altamente probable la existencia de Dios."
"Si la causa de cada estado del universo son estados previos y no nos remontamos a una causa primera, entonces el universo como un todo queda inexplicado. Esto se evita si admitimos que Dios es causa de que el universo se sostenga en el ser y que unos estados den lugar a los siguientes"
"La multiplicidad ordenada que vemos en el universo hace altamente probable la existencia de Dios."
En fin, como
puedes ver, los analíticos han regresado con ganas a la metafísica. Y es que
ponerle límites a la razón humana es algo así como ponerle puertas al campo.
¿No te
parece?