El Movimiento Analítico

El Movimiento analítico surgió en el mundo filosófico angloamericano como una reacción frente a las metafísicas europeas existencialistas, vitalistas y neohegelianas. También puedes considerarlo como un intento de fundamentar, sobre bases más sólidas, el método científico, tras la crisis de la física clásica newtoniana, como consecuencia de los hallazgos de la física relativista de Einstein en el siglo XX.

Los filósofos analíticos, en sintonía con el carácter pragmático de la civilización anglosajona,  han abandonando cualquier temática de carácter metafísico y se han ocupado de cuestiones relativas a la fundamentación del método científico. Para estos filósofos la ciencia es el único conocimiento legítimo y racional del ser humano. La filosofía la entienden como una tarea de clarificación del lenguaje filosófico para mostrar sus límites y sus sinsentidos, y a lo sumo, como una reflexión sobre la ciencia y su método. Nada más puede hacerse: los problemas tradicionales de la filosofía son problemas de carácter metafísico que no tienen solución.

El giro hacia el lenguaje

Los filósofos analíticos parten de Hume, pero van más allá. La filosofía no puede ser una teoría del conocimiento (como lo había sido con Hume) pues al ser su objeto de estudio los procesos mentales (algo inobservable), se convierte en una metafísica. Sólo un estudio sobre los productos de ese conocimiento, es decir, un estudio sobre el lenguaje sería científico. En esto consiste el denominado "giro hacia el lenguaje" preconizado por estos filósofos. Según ellos el papel de la filosofía, si no quiere ser un pseudoconocimiento, ha de ser el análisis del lenguaje. Este análisis sólo puede tener un objetivo: estudiar los enunciados que formulamos y averiguar su sentido. Puesto que, siguiendo a Hume, sólo tienen sentido los enunciados de hecho de las ciencias empíricas o los juicios formales de la lógica y las matemáticas, los enunciados filosóficos, al referirse a entidades no observables como Dios, el alma, la Nada o el èlan vital de Bergson, carecerían de sentido. Conclusión: la mayoría de las filosofías contemporáneas son para los filósofos analíticos saberes que no aportan verdad alguna, excepto claro está, la propia filosofía analítica.

Tres tendencias

El movimiento analítico no fue un movimiento uniforme. Se distinguen al menos tres tendencias:

I-El "Atomismo lógico"

 Fue  formulado por Bertrand Russell (1872-1970)  en sus trabajos «Nuestro conocimiento del mundo externo» (1914), «Filosofía del atomismo lógico» (1918), y por Wittgenstein (1889-1951) en su «Tratado lógico-filosófico».



(Bertrand Russell)

Según el atomismo lógico, el mundo entero está constituido por un conjunto de hechos atómicos no relacionados entre sí.
Esta  filosofía, según reconoce el propio Russell, constituye un pluralismo realista  extremo, pues afirma la existencia de una multiplicidad de cosas singulares y niega que tales cosas formen una unidad, una totalidad.
Se trata de una reacción frente al neohegelianismo (idealismo)  que se había extendido en las universidades británicas de la mano de Bradley, según el cual sólo lo absoluto (la totalidad) es real y el todo es un proceso en el que los hechos particulares están relacionados entre sí y adquieren su sentido real dentro de dicho proceso.
Tal concepción de la realidad se considera idealista y metafísica y frente a ella se propone una concepción empirista y atomizada de la realidad.
  


 Para  Wittgenstein, tal y como señala en su Tractatus, el mundo es todo lo que acaece,  la totalidad de los hechos no de las cosas y  el lenguaje debe representar los hechos del mundo y ser así la figura lógica de la realidad, su forma lógica. De modo que  el lenguaje que no se refiere al mundo habla sobre lo que no se puede hablar (lo místico) y sobre lo que no se puede hablar mejor es callarse.


II-El "Neopositivismo lógico"

Representado por una serie de filósofos agrupados en torno al denominado "Círculo de Viena" como Moritz Schilk (1822-1936) que fue su fundador, Rudolf Carnap (1891-1970) y Otto Neurath (1882-1945). Esto autores se inspiran en el Wittgenstein del Tractatus y aplican a la ciencia los postulados del atomismo lógico. En 1929 dan a conocer un manifiesto en el que expresan sus ideas sobre la ciencia y la filosofía: la metafísica no es una ciencia pues sus enunciados no son enunciados observacionales; el único saber legítimo del ser humano es la ciencia; no hay más realidad que la realidad física; todo puede ser descrito en el lenguaje de la física (fisicalismo), incluso las denominadas ciencias humanas; el método de la ciencia es la inducción y la verificación; la filosofía debe considerarse una actividad de análisis del lenguaje que clarifique lo que es y lo que no es científico y que se ocupe de formular un lenguaje sin equívocos para la ciencia y de ordenar las proposiciones científicas.

III-La "Filosofía Analítica" o "Filosofía del Lenguaje Ordinario"

Su máximo representante fue L. Wittgenstein que en su obra "Investigaciones Filosóficas" se desmarca de sus ideas del Tractatus. Aún dentro de esta corriente habría que distinguir dos tendencias o escuelas: La escuela de Oxford (Quine) y la Escuela de Cambridge en la que se incluiría el propio Wittgenstein, fundador de esta tendencia.


En las "Investigaciones Filosóficas" Wittgenstein abandona el atomismo lógico. El significado de las palabras no es, como sostenía en el Tractatus, una determinada realidad a la que se refieren (denotacionismo), sino que su significado viene dado por su uso dentro de un juego de lenguaje. Hay muchos juegos de lenguaje, cada cual con su sentido propio. No sólo tiene sentido entonces el lenguaje científico (que es un juego más del lenguaje), sino otros tipos de lenguaje como el filosófico o incluso el religioso. Pero los términos y expresiones de un determinado juego del lenguaje sólo tienen sentido si averiguamos que pretendemos al utilizar un determinado juego de lenguaje. Los problemas filosóficos se producen cuando el lenguaje está de vacaciones, es decir, cuando no usamos correctamente los términos del lenguaje dentro de su juego de lenguaje. El papel de la filosofía será entonces el de una terapia y una lucha contra el embrujamiento del lenguaje. Las cuestiones filosóficas, o religiosas, sí tienen ahora significado para Wittgenstein (son consideradas incluso las cuestiones más importantes), pero no deben sacarse de su contexto propio, no son afirmaciones de la ciencia.

¿Es posible desembarazarse de la metafísica?

Aunque la filosofía analítica prometía no hacer filosofía (o sea metafísica) lo cierto es que sus principales tesis (su empirismo radical, su fisicalismo, su cientificismo) son tesis metafísicas. Esto demuestra que es muy difícil liberarse de la metafísica. Ya Wittgenstein lo reconocía al decir que el conjunto de las afirmaciones del Tractatus eran como la escalera que nos permite entrar por la ventana de una casa, pero una vez dentro hay que tirarla y no volver atrás.

De modo que aunque el movimiento analítico niega la metafísica no le queda más remedio que hacer metafísica. Y en este punto bueno sería preguntarse si sus postulados metafísicos son consistentes.

Un buen crítico de estos postulados fue el filósofo austriaco K. R. Popper. Este filósofo atacó los principales dogmas del movimiento analítico (el empirismo, el verificacionismo en la ciencia, el fisicalismo y su actitud antimetafísica). Popper reivindicó el papel innegable de la razón humana en el proceso de conocimiento que teoriza siempre ante las experiencias que recibimos; propuso la falsación como el auténtico método de la ciencia; admitió la existencia de realidades no físicas como la conciencia humana; y reconoció la posibilidad y necesidad de la metafísica, incluso para la ciencia.

Si quieres más información sobre estas críticas te remito al capítulo sobre Popper.

Hasta otro día.