La Postmodernidad y sus “frutos” teóricos: 
Postverdad, Multiculturalismo, Animalismo, Ecologismo radical, Transhumanismo y  Perspectivas de Género.

La filosofía postmoderna ha dado sus “frutos” teóricos. El primer fruto intelectual es la Postverdad. Este concepto filosófico hace referencia a la situación de falseamiento interesado de la realidad que se lleva a cabo en nuestros días y que está potenciado por las Tecnologías de la Comunicación. La Postverdad tiene su base en el relativismo epistemológico  típico de las filosofías postmodernas (heredado de Nietzsche) según el cual ya no hay verdades absolutas y sí muchas opiniones o maneras de pensar, todas verdaderas en cuanto representan una perspectiva vital particular.

De esta idea deriva también el “multiculturalismo”  defendido por los filósofos post-modernos. Para el “multiculturalismo” todas las “perspectivas culturales” son igualmente respetables, de modo que la “perspectiva cultural occidental” no puede considerarse la verdadera ni sus valores (los Derechos Humanos) universales.

El “animalismo”, cuya idea madre es que seres humanos y animales somos iguales, es otro de los “frutos” intelectuales de la postmodernidad. Para los filósofos postmodernos (que siguen en esto a Nietzsche) nuestra vida, la de los seres humanos, no es, ni el único tipo de vida que hay sobre el planeta, ni el más importante. Esta es la tesis de filosofías  como el “animalismo” (defendido por filósofos como Peter Singer) o por ciertos “ecologismos radicales” que ponen al ser humano en un plano de igualdad con el resto de las especies vivas. Esta idea deriva directamente del “manantial” nietzscheano que han asumido los postmodernos.



Para  los postmodernos no hay un concepto fijo de naturaleza humana y, por tanto, es posible cualquier cambio o transformación que el sujeto desee experimentar. A esto se le llama  transformismo vital  que se deriva del ideal  nietzscheano  de “ser lo que quieras ser”.  Este transformismo postmoderno ha abierto las puertas a una nueva orientación de la filosofía (muy de moda en nuestros días) que es el transhumanismo”. Para esta orientación filosófica es posible cualquier modificación  del ser humano a voluntad del propio ser humano. En este sentido los transhumanistas promueven la transformación tecnológica y/o genética del ser humano, no solo para eliminar enfermedades, sino también en orden a mejorar las prestaciones del cuerpo humano, aumentar la inteligencia y alargar lo más posible la vida de las personas o, incluso, lograr algún día la inmortalidad. Para el transhumanismo (como para Nietzsche y los postmodernos) no hay un concepto fijo de naturaleza humana que haya que respetar y, por tanto, es posible su modificación sin fin mediante la aplicación audaz de la tecnología y los avances  científicos en genética, neurociencia, nanotecnología, farmacología, inteligencia artificial, etc.

El transformismo vital postmoderno ha dado, por último, otro “fruto” intelectual, muy de moda en nuestros días, que son  las “ideologías o perspectivas de género” que son teorías que defienden la “autodeterminación del género”. Según estas teorías el sexo biológico no es un impedimento para definirte como hombre, mujer o transexual. Puedes  “ser lo que quieras ser”. Estas teorías defienden que las identidades sexuales y las orientaciones sexuales no están esencialmente determinadas por la naturaleza biológica humana, sino que son el resultado de una elección personal. Ello permite la elección y transformación de orientación sexual según las preferencias personales.

Mi comentario

Como puedes ver hemos reunido a todos los “pájaros” en el mismo “árbol”. Esto es una metáfora que creo puede serte muy útil para tener una visión de conjunto de diferentes "ofertas filosóficas" muy de moda en nuestros días. Todas ellas se "posan" en el mismo  “árbol” que no es otro que la filosofía postmoderna. Así que si quieres tener una idea crítica de estos “ismos” basta con analizar la solidez del “árbol”, es decir, la solidez de las tesis básicas de la filosofía postmoderna.

A mi me parece que el "árbol" no es muy seguro porque los defensores de la filosofía postmoderna quieren  que admitamos que no hay una cierta naturaleza fija de las cosas y, por tanto, ciertas verdades acerca de la realidad. “Las cosas son como son y no como yo las veo” es para mí una idea segura que no me queda más remedio que admitir. No creo que la verdad dependa de la perspectiva de cada cual  y de sus intereses. A esto los psicólogos lo llaman “sesgo interesado” y es un error muy común que cometemos los seres humanos  que consiste en creerse aquello que nos interesa. Sin embargo, “la falta de verdad nunca sale gratis” y, si es el caso que tengo una neumonía,  por mucho que piense que tengo un catarro, tengo una neumonía.

Tampoco creo que todas las culturas valgan por igual. Creo que las prácticas culturales  que no respetan los Derechos Humanos deben rechazarse. Los "multiculturalismos" caen de lleno en lo que denomino la "falacia multiculturalista". Tomemos algunas prácticas culturales como el canibalismo (muy común en las tribus indígenas de América) o la Sutté en la India que obligaba a las viudas a incinerarse con sus esposos fallecidos o la lapidación de adúlteras en ciertos países islámicos. Es obvio que si permitimos estas prácticas culturales la propia libertad cultural desaparece para las personas que resultan asesinadas por dichas prácticas culturales. 



(Para una reflexión más detallada sobre el "multiclturalismo" te recomiendo que leas este libro de G.Sartori. No te dejará indifirente.)


Tampoco, creo que seamos iguales a los animales aunque tengamos algunas semejanzas con los animales. En mi opinión las diferencias son muchas y muy importantes. Así nuestra racionalidad, nuestra particular emocionalidad, o nuestra capacidad religiosa, son diferencias muy fuertes como para no tenerlas en cuenta. Los animalistas cometen un error que los lógicos han llamado  “falsa analogía”. Esta consiste en identificar realidades que, aunque mantienen algunas semejanzas, son muy distintas. No somos iguales a los animales porque hay muchas diferencias con los animales que son obvias y evidentes. Entonces, del mismo modo que no debemos tratar a los seres humanos del modo y manera en que se tratan los animales entre sí (tesis del “darwinismo social” que se popularizó en el siglo XIX)  tampoco deberíamos tratar a los animales como a seres humanos. Esto no significa que no debamos tratarles lo mejor posible y evitarles sufrimientos innecesarios. Pero, de ahí, a otorgarles derechos humanos hay un gran trecho. Ni animalizar al ser humano ni humanizar al animal.  Sobre las paradojas y contradicciones aberrantes de las posturas tipo Peter Singer, que ponen en un plano de igualdad a los animales con los seres humanos, puedes leer al  filósofo francés  J. F.Braunstein. Este filósofo, en su obra “la filosofía se ha vuelto loca”  señala algunas graves consecuencias del animalismo como, por ejemplo, considerar (como hace Singer) que antes de hacer experimentos en animales sanos deberíamos hacerlos en  niños deficientes o su defensa del infanticidio para niños nacidos con determinadas taras o enfermedades, o la zoofilia. 


(En este libro a contracorriente, Jean-François Braunstein rebate las ideas de pensadores muy aplaudidos en el mundo occidental, defensores del animalismo, las "perspectivas de género" y la eutanasia, mostrando las contradicciones e incoherencias que esconden sus teorías).

En cuanto al “transhumanismo” y su postura de admitir cualquier tipo de modificación genética o tecnológica para mejorar al ser humano me parece que tan solo se justifican intervenciones en el cuerpo humano para curar o evitar enfermedades. Mejorar la especie humana (aumentar la fuerza física o ciertas capacidades si esto fuera posible) plantea numerosos problemas. J. Habermas ha estudiado estos problemas en su libro El futuro de la naturaleza humana: ¿hacia una eugenesia liberal?


 Para el autor alemán las ingenierías genéticas que no sean estrictamente paliativas suponen:

1-Tomar decisiones por otros si las modificaciones se hacen en fase embrionaria.
2-Aumentar las diferencias entre seres humanos ricos (que se puedan permitir las modificaciones) y pobres (que no se las pueden permitir.
3- Tratar a los seres humanos como a  objetos y con vistas a posibles usos mercantiles.


En lo que se refiere a las "perspectivas de género", por último, creo que parten de un error que consiste en no tener en cuenta que el sexo de cada cual viene dado por su biología y que, aunque puede haber casos de indefinición sexual, por lo general, la biología nos dice con claridad lo que sexualmente somos. Así que, si desligamos el género del sexo nos estamos engañando pues, por mucho que me considere  hombre o mujer, si no lo soy desde un punto de vista biológico, seguiré siendo lo que soy. Otra cosa, desde luego, es que no sean admisibles discriminaciones  basadas en el hecho de ser hombres o mujeres. De ninguna manera se pueden admitir desigualdades en derechos, oportunidades o roles sociales. El sexo es un dato biológico que no podemos obviar, pero, por supuesto, no puede dar lugar a ningún tipo de discriminación política, social o económica. Hombres y mujeres somos diferentes, desde un punto de vista biológico, pero somos iguales en derechos.   

Sobre las paradojas y contradicciones a que conduce confundir sexo y género te recomiendo, de nuevo, la lectura del  libro del filósofo francés J.F. Braunstein citado antes. En este libro se cuenta, por ejemplo, un caso estremecedor que da que pensar: el suicidio de  un joven (que había nacido niño pero que había sufrido un accidente a consecuencia del cual perdió su pene) al que  el padre de las ideologías de género (John Money) se empeñó en cambiar de sexo y educar como a una niña. Esto me hace pensar que forzar la naturaleza puede ser letal y muy perjudicial para las personas.
Esto dice  Braunstein: "Si el género no está ligado al sexo, ¿qué nos impide cambiarlo todas las mañanas? Si el cuerpo está a disposición de nuestra consciencia, ¿por qué no modificarlo hasta el infinito? Si no existe diferencia entre animales y humanos, ¿por qué no tener relaciones sexuales «recíprocamente satisfactorias» con mi perro? Si existen unas vidas dignas de vivirse y otras que no lo son, ¿no sería conveniente liquidar a los niños «defectuosos »? 


Pues no me negarás que me he despachado a gusto. 

Hay mucho más que decir sobre estas “nuevas verdades de la postmodernidad” que a mí no me parecen tales. Pero, en fin, creo que estas ideas críticas generales pueden valerte para que investigues por tu cuenta.

En general estos "frutos" intelectuales de la Postmodernidad me parece que están basados en afirmaciones que son contrarias a los hechos que tenemos delante y, además, conducen a múltiples paradojas. Además, creo que si seguimos estas teorías entraremos en una senda peligrosa de deshumanización.

Todas las épocas de la humanidad tienen sus tópicos sociales que se admiten sin un mínimo análisis crítico. Creo que estos "ismos" forman parte  de los tópicos sociales actuales.

Los filósofos debemos analizarlos y considerar sus consecuencias, para que, como dice Braunstein "La filosofía no se vuelva loca".

Aquí lo dejo.