San Agustín


Contexto de su filosofía

El pensamiento de San Agustín hay que encuadrarlo en el contexto histórico de los siglos finales del Imperio Romano (siglos IV y V) y en el contexto teórico de la Patrística. Aproximadamente desde el siglo II los llamados Padres de la Iglesia desarrollaron una labor teórica de defensa del cristianismo. Hubo en principio una actitud de rechazo frontal de la filosofía, cuyo exponente más destacado fue Tertuliano en el sg. II, por considerar que los postulados filosóficos eran contrarios a los dogmas revelados. ¿Qué se podía aprovechar de planteamientos filosóficos como el atomismo materialista de Demócrito, o del hedonismo de Epicuro, o del escepticismo de Pirrón, o del relativismo de los sofistas, o incluso de la concepción aristotélica sobre el alma y el mundo?

Otros padres de la Iglesia, sin embargo, adoptaron una actitud más dialogante. Su intención fue aprovechar cuantos conceptos y argumentos de la filosofía griega pudieran servir para apoyar los postulados filosóficos del cristianismo.

San Agustín (354-430) inició un diálogo con el platonismo por ser la filosofía griega que ofrecía más posibilidades de síntesis sin merma de los dogmas revelados. Platón postulaba la inmortalidad del alma, la existencia de otro mundo, la necesidad de la purificación del alma, el dominio del cuerpo, e incluso había expuesto la idea de una especie de juicio de las almas. Todas estas ideas platónicas resultaban compatibles con el cristianismo y demostraban que había argumentos racionales en su favor y que la filosofía podía servir para analizar y aclarar, en lo posible, los dogmas revelados. Fruto de este contacto es la "teología", o sea, el estudio filosófico de Dios, que será la disciplina más cultivada durante la Edad Media. .

Una vida de juerguista

De San Agustín quizás pueda interesante que se convirtió al cristianismo después de una ajetreada vida de juerguista. Sexo, alcohol, apuestas y diversiones ocuparon su vida hasta que se dio cuenta de que no era feliz. Solo cuando descubrió a Dios en su interior su desasosiego vital desapareció. Toda esta experiencia la cuenta San Agustín en un famoso libro que son “Las confesiones” y cuya lectura te recomiendo.

Para abrir boca ahí te va uno de los párrafos más citados de esta obra, que resume muy bien la lucha interior que desembocó en la conversión de San Agustín:

"Llevaba en mi interior un alma herida y sangrante y no sabía como librarme de ella. Caté todos los placeres: el campo, los deportes, el coqueteo, la paz de un huerto, amigos y buenas compañías, el sexo, la lectura. Mi alma se debatía en el vacío y me perseguía. Porque ¿adónde podía huir de mi corazón? ¿Adónde podría escapar yo de mí mismo? Nos creaste Señor, para Ti, y nuestro corazón no descansa hasta que descansa en Ti."

En este libro encontrarás anécdotas muy interesantes. Te cuento una que me llamó la atención al leerlo. Cuando San Agustín comenzó a acercarse a la religión cristiana, de motu propio, dejó de asistir con sus amigotes al circo romano. Ya no podía apoyar con su presencia los sacrificios humanos que allí se podían ver. Esto me hizo ver hasta que punto el cristianismo traía al mundo un mensaje diametralmente opuesto a algunas costumbres de la civilización greco-latina. Una civilización que, a pesar de logros culturales innegables, era una civilización violenta y deshumanizada, dónde los débiles no tenían nada que hacer. No me extraña en absoluto que los primeros cristianos fueran perseguidos y asesinados. Su mensaje atacaba directamente al modus vivendi de la época.



(La imagen lo dice todo)

Una filosofía cristiano-platónica

S. Agustín elaboró un completo sistema platónico-cristiano de pensamiento, cuya influencia se extenderá a lo largo de la época medieval.

a. Argumentos sobre Dios

Para S. Agustín el ser humano busca anhelante la felicidad. En dicha búsqueda la filosofía ha fracasado hasta ahora, pues ha sido incapaz de ofrecer al ser humano el verdadero objeto de la felicidad que es Dios. Dicha realidad suprema la descubre el ser humano en su interior, dónde está revelada la idea de Dios por Dios mismo, pues ¿cómo, si no, podemos explicar la presencia de dicha Idea en nuestra limitada inteligencia? Este es el llamado argumento noológico de la existencia de Dios, que está inspirado en Platón.

Además, sólo Dios colma nuestras ansias de paz y felicidad (argumento eudemonológico) y, por otro lado, debe cumplirse la justicia y el mal ha de ser castigado, para lo cual es necesario que Dios exista (argumento moral que desarrollará Kant posteriormente).

Y, aunque no sea una prueba definitiva para S.Agustín, es un hecho que la mayoría de los hombres creen en la existencia de Dios (argumento del "consenso") .

b. El papel de la razón

Siendo así que Dios existe, y que sólo en el amor a Dios puede el hombre lograr la felicidad, la Revelación, la creencia en lo dicho por Dios, es la fuente superior de conocimiento para el ser humano. Esto no significa que se desprecie la razón. Muy al contrario, la razón tiene una función doble: ayudarnos a encontrar la Fe como fuente de la verdad, al no poder ella misma lograr esta verdad, y, posteriormente, una vez alcanzada la Fe, ayudarnos a explicarnos la Fe en lo que ésta tenga de explicable, pues no todo puede comprenderse por la Razón.

c. Creación y naturaleza humana

Dios ha creado el mundo de la nada -lo sabemos por revelación- a partir de las Ideas Ejemplares de todas las cosas, auténticos arquetipos de la realidad, existentes en la Mente divina.

El ser humano, que ha sido creado por Dios, está compuesto de alma y cuerpo, y está dotado de libertad para actuar. Pero cuenta con la gracia divina como ayuda para lograr su felicidad que solo encontrará en el amor a Dios. Y, aunque su verdadero destino es edificar libremente la Ciudad de Dios, puede buscar la felicidad en los bienes de este mundo y dejarse llevar por las pasiones, contribuyendo a la construcción de la Ciudad Terrena. Dada su naturaleza espiritual, esta opción por la ciudad terrena no le reportará la felicidad, sino la desesperación.

d. Idea de la Historia

En consecuencia la Historia humana la entiende S. Agustín como la historia de la Salvación, es decir, como la lucha entre los que construyen la Ciudad de Dios, que aman a Dios, y los que construyen la Ciudad Terrenal, que se aman a sí mismos y desprecian a Dios. Esta es una lucha en cierto modo entre el Bien y el Mal, en la que finalmente (y en virtud del cuidado providente de Dios), triunfará el Bien en el Más Allá y tras un Juicio Final a toda la Humanidad.

La importancia de San Agustín

El agustinismo platónico fue la filosofía dominante durante ocho siglos, desde el siglo V hasta el siglo XIII, en el occidente cristiano. Su hincapié en la vía interior para llegar a Dios y su "ama y haz lo que quieras" siguen siendo lemas muy actuales que han inspirado a la mística española (San Juan de la cruz, Sta. Teresa de Avila), cuyos logros literarios y espirituales forman parte del patrimonio cultural de la humanidad.

La distinción agustiniana entre la "Ciudad de Dios" y la "Ciudad terrenal", que marcaba por vez primera en la historia de Occidente una separación entre el Estado y la Iglesia, fue, sin embargo, utilizada para justificar el predominio del poder espiritual de la Iglesia sobre el poder temporal del Estado. Esta posición ideológica se denomina teocratismo político, teoría que tuvo mucha influencia durante la Edad Media y la Época Moderna.