Aristóteles (I)


Fue el principal discípulo de Platón y, al mismo tiempo, su más significado crítico.

"Soy amigo de Platón, pero soy más amigo de la verdad", dijo para dejar claras sus intenciones.

Este filósofo, nacido en Stagira (Macedonia), fue preceptor de Alejandro Magno. Por esta relación fue considerado en Atenas un pro-macedón. Esta circunstancia le obligó a abandonar Atenas en una ocasión, aún a pesar de su posicionamiento intelectual en favor de la Polis y su autonomía. Cuando la demagogia se apodera de la ciudad lo mejor es salir por piernas. El pueblo, en estas situaciones, no entra en exquisiteces intelectuales ni hace distinciones filosóficas. Y Aristóteles se marchó, hasta que se calmaran los ánimos, “para que no se cometiera un segundo asesinato contra la filosofía”, según dejó escrito.

A continuación te ofrezco un resumen de sus ideas filosóficas principales.

El problema del conocimiento y de la Ciencia

Aristóteles desarrolló sus estudios superiores en la Akademia de Platón, pero también fue instruido en Medicina por su padre, que fue médico en la corte macedona. Este hecho es fundamental para comprender la principal convicción de la filosofía aristotélica que, en mi opinión, es la siguiente:

El conocimiento aportado por los sentidos tiene alguna validez y puede lograrnos un conocimiento seguro.

Un ejemplo de esto lo tenía Aristóteles en la práctica médica. ¿Qué hace un médico para curar a un enfermo? Lo primero es identificar la enfermedad. Para ello debe fijarse en los síntomas que presenta el paciente y saber reconocer la presencia de una enfermedad. Luego debe aplicar los remedios que han funcionado en otros pacientes con la misma enfermedad. Su saber está basado en la experiencia y en la páctica médica. Si acierta a descubrir la enfermedad (en base a los síntomas que observa) y aplica los remedios que ya han funcionado en otras ocasiones similares, curará al enfermo. La conclusión de todo esto es que el conocimiento proporcionado por la experiencia de nuestros sentidos tiene un gran valor y puede lograrnos verdades seguras sobre el mundo que nos rodea.

Aristóteles reflexionó sobre cómo conocemos los seres humanos. El proceso que seguimos es el siguiente: El conocimiento humano comienza con la experiencia sensible. Después se forma una imagen en la que se reúnen todos los datos de los sentidos. Sobre esta imagen del objeto conocido actúa el entendimiento que es capaz de abstraer la esencia de la cosa y formar una idea o concepto universal. Esta capacidad de abstracción le parecía a Aristóteles algo sorprendente y casi divino, porque el entendimiento consigue dejar a un lado aspectos accidentales del objeto conocido y se queda con lo esencial. Por ejemplo: vemos diversos árboles, de distintos tamaños y formas y -a pesar de esta variedad- el entendimiento se queda con lo esencial y elabora la idea de árbol. Por eso, para Aristóteles, el conocimiento es "la posesión intencional de la forma o esencia del objeto conocido". La Ciencia será, precisamente, el conocimiento de estos conceptos universales, es decir, un conocimiento de las esencias. De modo que para Aristóteles no es necesario -como sí lo era para Platón- postular la existencia de un Mundo de Ideas dónde están las Ideas de todas las cosas. Las Ideas son la esencia de las cosas y están en las cosas realizadas y en nuestra mente de forma intencional.

Eso es todo.

El problema de la realidad

Para Aristóteles no existe un mundo de Ideas distinto de este mundo sensible. No es necesario postular la existencia de este mundo porque las ideas están realizadas en las cosas mismas (son su esencia) y en nuestro entendimiento como ideas o conceptos universales.


(Aquí tienes a Platón y a Aristóteles en una magnífica pintura de Rafael. Platón señala con su mano hacia arriba y Aristóteles hacia abajo en clara alusión a su diferente concepto acerca de la verdadera realidad: el mundo de las Ideas para Platón y este mundo sensible para Aristóteles.)

Si no existe un Mundo de Ideas, ¿qué realidades existen?

Aristóteles parte de su experiencia sensible y nos habla de la existencia de dos mundos claramente distintos:

a.El mundo sublunar que es el mundo en el que nosotros habitamos en el que cabe distinguir el reino de lo inorgánico y el reino de lo orgánico en el que hay tres tipos de seres: los vegetales, los animales y el ser humano.
b.El mundo supralunar que es el mundo de los astros o estrellas fijas compuestas de un material especial incorruptible.

Pero, además, Aristóteles nos habla de un Motor Inmóvil que mueve el Universo, sin moverse él mismo, por atracción. La existencia de este Ser se desprende de la necesidad de que exista una causa que mueva el Universo, pues todo lo que se mueve ha de ser movido por otro. Este Ser lo concibe Aristóteles como el ser más perfecto de los existentes, Acto Puro o Forma Pura, sin composición de materia, inteligente, que en su perfección solo se conoce a sí mismo.

La teoria hylemórfica

Todas las cosas del Universo (excepto el Motor Inmóvil) se componen de materia (hyle) y forma (morphé). La forma es el principio según el cual está organizada una realidad. Puede ser sustancial (si cambia, cambia la cosa) o accidental (si cambia, permanece la misma cosa pero varia alguna cualidad). La forma es la esencia de la cosa porque explica lo que un ser es.

El problema del cambio

Estas distinciones le permiten a Aristóteles solucionar la paradoja de Parménides sobre el cambio. El cambio no es un salto del no-ser al ser, sino del poder-ser al ser. En todo cambio algo permanece (la materia o sustrato) y algo cambia (la forma de un ser, ya sea su forma sustancial o sus formas accidentales: la cantidad, alguna cualidad o el lugar). El cambio es pues la adquisición por el sustrato o materia de una forma que no tenía, pero que podía adquirir.

Para Aristóteles los cambios pueden ser, a su vez, naturales (si algo cambia por sí mismo) o artificiales (si algo cambia por la intervención de un agente).

El problema del ser humano

Aristóteles aplica su teoría hilemórfica a la explicación del ser humano, en el que cabe distinguir el alma (principio formal) y el cuerpo (principio material). El alma humana es el principio vital que anima al cuerpo. No son dos realidades distintas, como en Platón, sino que la una (el alma) es la forma de la otra (el cuerpo). Con la muerte el principio vital desaparece.

El principio vital o alma humana permite al hombre desarrollar funciones vegetativas (como la nutrición, el crecimiento o la reproducción, presentes también en los vegetales), sensitivas (como la sensibilidad, locomoción e instintos, presentes también en los animales) e intelectivas, (el conocimiento y la deliberación, únicas en el ser humano).

Otro rasgo fundamental del ser humano es que el ser humano es un ser social por naturaleza. Prueba de ello es que dispone de un lenguaje con el que se comunica con los otros seres humanos porque para vivir necesita de ellos. De modo que una definición completa del ser humano en Aristóteles sería: es un animal racional y social por naturaleza.

El problema ético

La ética es una disciplina práctica que nos enseña a guiar nuestra vida para alcanzar la felicidad. Cada ser tiene una esencia o naturaleza a desarrollar de cuya realización virtuosa depende su felicidad. Un pájaro, por ejemplo, será feliz si es capaz de alimentarse, crecer, volar, reproducirse, cantar, etc. Si le cortamos un ala o le damos a beber vino en vez de agua, entonces la felicidad del pájaro es imposible. ¿Por qué? Pues sencillamente porque no puede desarrollar su esencia de un modo conveniente y completo. Es la esencia o naturaleza de pájaro la que marca qué es lo que le conviene y qué no. Así de sencillo.

Aplica esto al ser humano y comprenderás a la perfección la teoría ética de Aristóteles. El ser humano será feliz si es capaz de desarrollar virtuosamente todas sus capacidades contenidas en su naturaleza y principalmente aquellas que le distinguen de los animales y vegetales, que son sus capacidades intelectivas.

Pero el desarrollo de las capacidades naturales ha de ser conforme a virtud. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente que el desarrollo virtuoso depende de lograr en todo el término medio entre dos extremos (por exceso o por defecto). Este término medio no es siempre y para todos el mismo, aunque para cada cual es absoluto, de modo que si no se logra conduce a la infelicidad. Por ejemplo: ¿cuánto debemos comer? Pues cada cual tendrá que comer una cantidad distinta adecuada a su peso, edad o constitución. Si nos excedemos o nos quedamos cortos, nuestra naturaleza y nuestra felicidad se verán perjudicadas. Por eso no hay relativismo en la ética aristotélica.

La felicidad no está en las riquezas, el placer o la fama

El fin último de la acción humana es la felicidad y la felicidad está en esa realización virtuosa de nuestras capacidades naturales. Esto quiere decir que no encontraremos la felicidad en la búsqueda desmedida de las riquezas, el placer, o los honores. Cierto que, en su justa medida, estos bienes son necesarios para ser felices, pero no nos engañemos: son necesarios pero no suficientes porque la felicidad es, para Aristóteles, la consecuencia de una vida virtuosa y completa, en la que el desarrollo de nuestras capacidades intelectivas y sociales es fundamental. No somos vegetales ni animales, por eso nuestra felicidad no estará solo en comer, beber y folgar. La felicidad humana necesita de algo más que esto. Necesita actuar en todo buscando la virtud (el termino medio) y del desarrollo también de nuestras capacidades intelectuales y sociales, como la amistad.


El problema político

La política es también considerada por Aristóteles un saber práctico, no una ciencia como en Platón. El fin de la Política es organizar la sociedad adecuadamente para lograr el bien común, que no es otra cosa que la felicidad de todos los que integran la Polis. Para Aristóteles este objetivo se puede lograr en diferentes sistemas políticos como la Monarquía, la Aristocracia y la República, siempre que en ellos los gobernantes no se dediquen a favorecerse a sí mismos y consigan realizar el bien común. Si lo que hacen es buscar su propio interés estaremos ante sistemas injustos de gobierno como la Tiranía, la Oligarquía y la Democracia.


El mejor modo de vida es la del ciudadano de la polis, ya que el ser humano es social por naturaleza y sólo en la relación con los demás puede desarrollar su naturaleza racional. Aristóteles hizo también un análisis empírico de las polis de su tiempo y encontró que la causa principal de la inestabilidad de los sistemas políticos es la desigualdad económica. Por eso, en la práctica, son mejores los sistemas con una gran mayoría de ciudadanos más o menos iguales en riquezas. También pensó que sólo los ciudadanos libres, padres de familia, deben participar en el gobierno de la polis. A los esclavos, mujeres y niños los excluye de la participación política, pues los que carecen de la suficiente inteligencia para dirigirse con prudencia y sabiduría deben ser dirigidos por los que la tienen. Aristóteles justificó así una especie de esclavitud "natural", la de los que carecen de inteligencia para dirigirse a sí mismos, aunque criticó la esclavitud "convencional" o legal, producto de la guerra que suponía que hombres libres fueran esclavizados.

Diferencias y semejanzas con Platón

Si te fijas bien, la filosofía de Aristóteles es bien distinta a la de Platón, aunque haya también algunas ideas similares.

A.Diferencias:

1-Para Aristóteles no hay dos mundos, como para Platón, sino uno: el mundo sensible. A pesar de ello es posible hacer ciencia de lo que cambia a partir de los sentidos gracias a nuestra capacidad de abstraer las esencias. Recuerda que Platón solo creía posible la ciencia de las Ideas.

2-El ser humano es un ser mortal, no inmortal como pensaba Platón.

3-No existe la idea del Bien platónica, sino bienes diferentes necesarios para lograr la felicidad.

4-Y, finalmente, para Aristóteles, hay muchas maneras justas de organizar la polis y el filósofo no es, como pensaba Platón, el llamado a gobernar, sino el ciudadano libre padre de familia.

B.Semejanzas:

1- Aristóteles se vio influido por Platón, pues como él, no negó la posibilidad de lograr un conocimiento verdadero, es decir, una ciencia de lo sensible, frente a los escépticos, ni tampoco consideró la moral o la política unos saberes relativos, sino que, por existir una naturaleza humana común a todos los seres humanos, hay lo conveniente y lo inconveniente para esa naturaleza, es decir, lo bueno y lo malo.

2-Incluso Aristóteles llegó a admitir la existencia de un motor inmóvil que todo ha de moverlo y que tiene al mismo tiempo la categoría de Forma Pura, es decir, admitió la existencia de un ser Perfecto e Inmutable –características que tenían las Ideas de Platón- que es la aspiración de todos los demás seres. Aunque para Aristóteles este ser es una especie de gran Narciso que vive plenamente feliz en su propia contemplación. Nada le perturba y, por eso, no conoce el mundo, ni se ocupa para nada de él.

Ya conoces los principales tópicos de la filosofía de Aristóteles. Otro día entraré a valorar su filosofía. Hasta luego.