Descartes (I)


Ya estoy aquí otra vez para hablarte de Descartes. Este hombre es considerado el padre de la Filosofía Moderna. Francés, católico, profundo creyente e hijo de una familia acomodada francesa, murió a los 53 años de una pulmonía. Al parecer fue invitado por la reina de Suecia a su corte. La reina le nombró bibliotecario real. Un carguillo nada despreciable para vivir del cuento el resto de sus días. Pero a cambio Descartes debía instruir a la Reina. Las clases eran ¡a las cinco de la mañana!El pobre Renato se desplazaba a esas intempestivas horas en pleno invierno por el patio del castillo. Lo demás ya lo sabe todo el mundo: pulmonía al canto y adiós muy buenas.

Lo que nunca he entendido de esta historia es como un tipo tan racionalista como Descartes no se negara en redondo a levantarse a esas horas de la madrugada. En fin, ya se sabe: ser un genio en matemáticas, en física o en filosofía, no implica ser un genio para los asuntos de la vida.


(Descartes en la Corte e la reina Cristina de Suecia dando clase)

Hay otra versión sobre la muerte de Descartes que sugiere que Descartes fue envenenado. Al parecer alguien quiso cortar de raíz la influencia católica de Descartes sobre la reina Cristina que era protestante. Lo cierto es que esta reina terminó por convertirse al catolicismo tiempo después de su reinado.

Del realismo al idealismo

A Descartes se le considera el fundador del racionalismo moderno. Con él la filosofía dio un giro de 180º con respecto a la filosofía anterior: pasamos del realismo filosófico al idealismo.

Este giro se produce cuando el sujeto se afirma como la primera realidad. Esto es lo que hace precisamente Descartes al intentar construir una filosofía que nadie pueda poner en duda. Para ello hemos de partir de una verdad indudable (que nadie pueda negar) y construir deductivamente a partir de ella todo el edificio del saber. ¿Cuál es esa primera verdad? La primera verdad es "pienso, luego existo". Quiere decir que es indudable que pienso y si pienso, existo. Pero, ¿qué es lo que existe? Mi pensamiento y las ideas en él contenidas. La existencia de otras realidades como Dios y el mundo físico habrá que demostrarlas.

Todas las filosofías modernas partirán de este presupuesto idealista descubierto por Descartes. La primera realidad es la de las ideas en mi pensamiento. Esto tiene sus consecuencias en la práctica. Una actitud idealista es la de quien quiere plasmar sus ideas en el mundo, o sea, no conformarse con la realidad sino transformarla. La actitud realista, por el contrario, prefiere amoldarse a la realidad.

En literatura estas dos actitudes están bien caricaturizadas en los personajes del Quijote (el idealista) y Sancho Panza (el realista). Digo caricaturizadas porque Don Quijote ve gigantes donde hay molinos y Sancho Panza solo piensa en llenar la panza. Pero que duda cabe que Don Quijote es un idealista que quiere arreglar el mundo y Sancho es la conciencia realista. Lo mejor, en mi opinión, es combinar ambas actitudes. Está bien pretender transformar algunas realidades que no nos gustan, pero también hay que respetar la naturaleza de las cosas.

Sentido de su filosofía


No debes perder de vista que toda la reflexión filosófica de Descartes tiene una intención ética. El mismo Descartes dice que su propósito siempre fue: "aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, a fin de actuar clarividentemente y andar con seguridad por esta vida". Pero para conducirse como es debido en la vida primero hay que saber, sin error, qué realidades hay y cómo son para saber a que atenerse. He dicho "sin error" y esto es fundamental para Descartes porque la ignorancia sobre nuestra naturaleza puede impedirnos lograr la felicidad. Así que hay que dar con la verdad sea como sea y luego actuar conforme a ella.

La duda cautelosa

El primer paso para alcanzar la verdad es poner nuestros conocimientos adquiridos en duda. Esta duda es una duda filosófica que no alcanza a las creencias religiosas, pues Descartes piensa (como Ockham) que las verdades reveladas no se refieren a asuntos científicos y son ciertas por ser reveladas por Dios. Descartes tampoco pondrá en duda la legitimidad del poder político establecido ni las costumbres de su país.

Se ha señalado que estas cautelas cartesianas quizá obedezcan al deseo de Descartes de no verse en problemas, en una época de guerras y persecuciones por razones de creencias religiosas. Es posible. Lo cierto es que, aunque Descartes no puso en duda las verdades religiosas, políticas o morales de la época, sí que abrió el camino a que otros lo hicieran después. Si dudo de algo, ¿por qué no dudar de todo? De hecho este es propiamente el espíritu de la Modernidad: no aceptar ninguna verdad que el sujeto no haya sometido a una exhaustiva crítica.

La verdad es posible

Ahora bien, esto no conduce necesariamente al relativismo o al escepticismo. La prueba está en que Descartes no niega ninguna de las afirmaciones fundamentales de la filosofía medieval: Dios existe, el mundo existe (y ha sido creado por Dios) y también existe el alma inmortal. Las mismas verdades de la época anterior, pero defendidas con nuevos argumentos.

Aquí lo dejo de momento. Esto es solo el aperitivo. Por cierto que sepas que Descartes escribió algunas obras en francés y no en latín, que era la lengua habitual de los científicos. ¿Por qué? Quería llegar al mayor número de personas posibles y ser entendido por la gente común. Vamos, un adelantado en esto de la comunicación.