
Su vida
Vamos con Sto. Tomás. Ya sabes que este hombre se empeñó en ser fraile dominico y lo consiguió a pesar de su rica y poderosa familia, que tenía otros planes para él. Como no se plegaba, lo encerraron y llegaron a meterle en su habitación una mujer ligera de ropa para tentarle. ¡Hay que ver lo que hacen algunos papás! Lo cierto es que Sto. Tomás consiguió sus propósitos, ingresó en la orden de los dominicos y se dedicó a estudiar filosofía y teología y a escribir.El resultado de este empeño es una enorme obra filosófica y teológica que ha llegado a ser declarada modelo de pensamiento católico.
Todo parece indicar que Sto.Tomás de Aquino murió envenenado. El sospechoso fue, al parecer, un Príncipe celoso de la creciente influencia que el Aquinate iba adquiriendo ante el Papa. Sto. Tomás se encontró mal en el camino a un Concilio y el noble en cuestión le envió un médico que le envenenó en vez de curarle.
En fin, que esto de ser filósofo tiene sus riesgos. Acuérdate de Sócrates. No sé tú, pero yo lo comprendo perfectamente. Los filósofos somos unos tipos peligrosos porque tenemos ideas en la cabeza y las ideas tienen el poder de dirigir al personal. Por eso los poderosos siempre han querido controlar a los filósofos o quitarles de en medio si no se plegaban a sus intereses.
Su filosofía
La filosofía de Sto. Tomás puedes entenderla como una síntesis entre aristotelismo y cristianismo. En el siglo XII aparecieron algunas obras desconocidas de Aristóteles en Europa (traducidas por los árabes e introducidas por la península ibérica) que provocaron un gran revuelo intelectual. Aristóteles negaba la inmortalidad del alma y decía que el mundo era eterno. Es normal que fuera rechazado de plano por muchos teólogos medievales. Sin embargo, Sto. Tomás lo leyó en profundidad y descubrió en Aristóteles ideas perfectamente compatibles con el cristianismo. Aristóteles, por ejemplo, sin ser cristiano, había postulado la existencia de un Ser, causa del movimiento del cosmos, perfecto (acto puro), modelo y aspiración de todos los seres que existen. Es decir, un Ser que podía fácilmente identificarse con el Dios del cristianismo. Si Aristóteles había sido capaz de pensarlo (sin conocer la revelación bíblica), eso quería decir que la existencia de Dios era una verdad accesible a la razón. También la ética aristotélica de la virtud se compaginaba bien con la ética cristiana, solo había que completarla con los ideales éticos del cristianismo (el amor a Dios y a los demás).
En conclusión: fe y razón son dos fuentes autónomas y, a la vez, compatibles de conocimiento, cada una con su campo propio de conocimiento y un campo común.
Teoria del conocimiento y el problema de los universales
Santo Tomás acepta la tesis aristotélica según la cual "todo conocimiento comienza por los sentidos" así como la idea de que somos capaces de conocer las esencias de las cosas mediante un proceso de abstracción de éstas.
Los universales (las ideas) tendrán una triple existencia: son ideas en la mente divina (ante rem), son la esencia de las cosas (in re) y también son conceptos en nuestra mente que es capaz de llegar a conocerlas (post rem).
Hay razones para creer que Dios existe
Inspirada en Aristóteles. Parte del hecho de que las cosas del mundo se mueven, y, puesto que todo lo que se mueve ha de ser movido por otro y no podemos llegar hasta el infinito en la serie de motores que mueven, entonces ha de existir un Motor Inmóvil (Dios) que sea la causa última de todo movimiento.
2) La vía de la causalidad eficiente.
También está inspirada en Aristóteles. Parte del hecho evidente de que todas las causas de este mundo están a su vez causadas y como quiera que todo efecto ha de tener siempre una causa y no podemos llegar hasta el infinito en la serie de causas y efectos, entonces ha de existir una Primera Causa, y esa primera causa es Dios.
3) La vía de la contingencia
Inspirada en Aristóteles y Avicena. Todos los seres que existen son contingentes, o sea, llegan a la existencia y dejan de existir. Los seres contingentes no tienen la causa de su existencia en sí mismos y como no se puede llegar hasta el infinito en la serie de seres contingentes, es necesario que exista un Ser Neesario que tenga la causa de su existencia en sí mismo y sea la causa última de la existencia de los demás seres, ese Ser Necesario es Dios.
4) La vía de los grados de perfección
Inspirada en Platón. Hay seres más o menos perfectos. Todos los seres reciben su perfección de otro, pero no podemos llegar hasta el infinito en la serie de seres perfeccionadores, luego ha de existir un Ser Perfecto causa última de las perfecciones que hay en todos los seres, y ese Ser es Dios.
5) La vía del orden cósmico
Se funda en el orden de las cosas. Todas las operaciones de los cuerpos naturales tienden hacia un fin, pero ese fin no se lo dan a sí mismos porque no son seres inteligentes, luego ha de existir un Ser Inteligente que dirija y ordene la realidad natural, y ese Ser es Dios.

(¿Cómo saben estas abejas -y cualquier otro ser natural no inteligente- lo que tienen que hacer?)
"En mi opinión, esta prueba a contingencia mundi (por la contingencia del mundo), tal como la formula Leibniz (pero también santo Tomás, y antes, en cierto sentido, Aristóteles), es el argumento más fuerte, el más inquietante, el único que en ocasiones me hace vacilar. La contingencia es un abismo en el que se pierde pie. ¿Cómo es posible que no haya fondo, causa, razón?”
Además de llegar a la existencia de Dios con la razón, ¿podemos saber algo sobre cómo es Dios? Para Sto. Tomás las vías ya nos dicen mucho de la naturaleza divina: se trata de un Ser Perecto, Acto Puro, Causa Incausada, Inteligente, Necesario, etc. Pero además podemos razonar otros atributos divinos por analogía entre los seres creados y su Creador. Estas vías son:
1) Vía de la negación
Consiste en negar en Dios lo que encontramos en los seres que encierran imperfecciones, ya que Dios ni puede tener ninguna imperfección. Por esta vía descubrimos que Dios, por ejemplo, no está sometido a cambio, no es contingente, etc.
2) Vía de la afirmación
Consiste en atribuir a Dios todas y cada una de las perfecciones que observamos en las criaturas y que no encierran ninguna imperfección. Por esta vá descubrimos que Dios es un Ser inteligente, perfecto, poderoso, bueno, etc.
3) Vía de la eminencia
Consiste en elevar al infinito las perfecciones que se han atribuido en la 2ª vía. Dios es el Ser Perfecto, inteligentísimo, Omnipotente, Bueno, etc.
La Metafísica
Sto. Tomás asumió la mayoría de los conceptos de la metafísica de Aristóteles aunque corrigió a éste en dos aspectos. La materia forma parte de la esencia de las substancias materiales, así la sustancia Sócrates no se define solo por la forma "animal racional", sino también por su materia (el cuerpo) que es principio de individuación, o sea, lo que le distingue de otros hombres.
También Sto. Tomás hace una distinción fundametal entre esencia y existencia (que toma de Avicena). El único ser en el que esencia y existencia se identifican es Dios. (Ipsum esse subsistens)Los demás seres son contingentes, pueden existir o no. Esta es la situación de todos los seres creados, que llegan a la existencia por un acto creador de Dios, acto creador libre (Dios podría no haber creado el mundo) y que son seres distintos de Dios (no emanan de él como decía Plotino).
(Representación de la creación)
Con estos matices Sto. Tomás lográ adaptar la metafísica aristotélica al cristianismo y, princialmente, a la idea de la creación ex nihilo: Dios, que tiene la existencia como esencia, es el que hace existir al resto de las realidades, es decir, Dios es el que suma a la esencia de algo la existencia. Esta creación se produce en el tiempo (lo sabemos por revelación) y a partir de la nada (no de una materia eterna preexistente e informe, como sostenía Averroes). También existen los angeles, que son formas puras sin composición de materia. La jerarquía de seres va desde Dios, pasa por los ángeles (cada uno de ellos por no tener composición de materia, son una especie), los seres humanos, los animales y las plantas, hasta llegar a los seres inertes.
El ser humano
Para Sto. Tomás, que adopta en gran parte la teoria sobre el ser humano de Aristóteles, la unión entre el alma y el cuerpo es sustancial, no accidental como en Platón. El alma es la forma del cuerpo y el cuerpo su principio de individuación que distingue a unos seres humanos de otros. Cada ser humano es pues, distinto a otro ser humano. Somos personas, es decir, una "substancia individual de naturaleza racional" según la definición de Boecio.
El alma racional humana es única (no hay tres almas) y es capaz de desarrollar las funciones vitales, intelectivas, sensitivas y vegetativas. Para ello necesita del cuerpo, que no es la cárcel del alma sino su lugar natural. Pero el alma humana, aunque esté unida sustancialmente al cuerpo puede existir con independenia de éste ya que sus funciones vitales superiores (entender y querer) no se limitan a lo sensible, sino que tienden a lo suprasensible o inmatarial. Esto demuestra que el alma es inmaterial y, si es inmaterial, es simple, sin composición, y, por tanto, no puede corromperse.
Además en el alma humana anida un deseo natural de inmortalidad, que no puede tratarse de un deseo vano porque Dios ha querido que forme parte de nuestra naturaleza. Luego el alma es inmortal.
Ley Natural como fundamento de la Ética y la Política
La ética tomista está basada en la ética aristotélica pero está completada con los ideales de la ética cristiana. Para Sto. Tomás, como para Aristóteles, el fin de todas las acciones humanas es la felicidad, que en el ser humano consiste en desarrollar todas sus capacidades naturales conforme a virtud. Como para Sto Tomás, el alma del hombre es inmortal y tiene ansia de Dios (porque la vida del hombre no se reduce a su vida en la tierra) la felicidad completa del ser humano se logra mediante la contemplación de Dios. Nuestra naturaleza inmortal desea a Dios que es la Verdad y el Amor, ante cuya contemplación podemos ser felices de un modo total.
Aquí en este mundo solo podemos conseguir una felicidad parcial si disponemos nuestro ser hacia la fuente de la verdad y del amor. Para ello lo primero es cumplir con la ley moral o ley natural, o sea, con la naturaleza humana, que es la norma que nos indica lo que está bien y lo que está mal. Esta ley natural aplicable a la naturaleza humana, forma parte de lo que Tomás de Aquino llama Ley Eterna, que es la ordenación divina del gobierno del mundo.
Esta ley natural es evidente para todos y está impresa en nuestra razón (al menos sus principios más generales) por lo que es universal (no es relativa), es inmutable (no puede cambiarse con el paso del tiempo) y es accesible a todos (no puede ignorarse). El primer principio de esta ley natural es que debemos hacer el bien y evitar el mal. Los demás principios son fácilmente derivables de la propia naturaleza humana. Por ejemplo del hecho natural de que somos seres vivos se deriva el mandato moral de no matar y conservar la vida.
Como el ser humano es un ser naturalmente religioso su felicidad estará en la unión con Dios que es la fuente de toda verdad y todo bien. Esta felicidad no la lograremos plenamente hasta que se produzca esta unión con Dios en el más allá.
La política
El ser humano es un ser social y político por naturaleza. De ahí que la vida en sociedad sea algo natural. La sociedad es el ámbito natural en el que el ser humano debe lograr realizar sus fines y ser feliz. Por eso la sociedad debe servir, no solo para facilitar la subsistencia material de los seres humanos, sino también una vida virtuosa y su desarrollo espiritual. Éste es el verdadero bien común que los gobernantes deben perseguir, dictando leyes justas que respeten la Ley Natural. Sus funciones se limitan a conseguir la paz y la justicia y a facilitar la tarea de la Iglesia respetando su autonomía.
El poder, aunque proviene en última instancia de Dios, lo reciben los gobernantes del pueblo, pues ningún hombre tiene por naturaleza ningún título para mandar sobre los demás sin el consentimiento de éstos. Rechaza, pues, Sto. Tomás el teocratismo político y delimita claramente dos ámbitos en la sociedad: el político que es competencia del Estado y el religioso que es competencia del Estado.
Entre ellos no debe haber conflicto si los gobernantes respetan la Ley Natural. Si no lo hacen las leyes del Estado no deben ser obedecidas.
Las tres formas tradicionales de gobierno (Monarquía, Aristocracia y Democracia) son legítimas si son consentidas por el pueblo y si los gobernantes buscan el bien común y respetan la Ley Natural.