¡Cuidado, mariposas sueltas!
(¿Es todo casual?)

A propósito del racionalismo y de su idea madre de que todo está determinado (y, por tanto, todo sucede necesariamente) me viene a la mente una pregunta: ¿no hay hechos que son producto de la indeterminación o la casualidad? ¿nos libera, entonces, el indeterminismo del determinismo?


K.R. Popper, en un libro famoso que se titula "El indeterminismo no es suficiente", sostuvo la tesis de que el indeterminismo es en el fondo determinismo. Lo que sucede con los hechos azarosos es, simplemente, que desconocemos las causas que los producen, pero eso no quiere decir que los hechos no sucedan siguiendo unas rigurosas y estrictas leyes físicas.

¿Has visto la película "El efecto mariposa" ?


En esta cinta se sostiene la sorprendente tesis de que el aleteo de una mariposa en China puede ser la causa última de un desastre en una calle de Nueva York. Supongamos que, por un casual, el escritor Paul Auster sale de paseo por Brookling y se le viene encima una maceta en la cocorota. Traigo a colación a este escritor porque está obsesionado con este asunto del azar. La mariposa aletea en China y produce un movimiento del aire, que a su vez produce una tormenta, que a su vez, mediante una serie de causas concatenadas, es la causante de un fuerte viento en Nueva York, viento que mueve la maceta que se le cae encima a Paul Auster. Complicadillo, pero muy sugerente desde el punto de vista literario.

En "La noche del oráculo" dice Paul Auster:

"Es el azar quien gobierna el mundo. Lo aleatorio nos acecha todos los días de nuestra vida; una vida de la que se nos puede privar en cualquier momento, sin razón aparente."

No te extrañará nada, entonces, la fotografía que he seleccionado del escritor para ilustrar este comentario:

¿Se huele Paul Auster lo de la maceta?

Puede ser. Yo más bien pienso que es una pose. Pero a lo que vamos:

¿Es cierto eso de que el azar gobierna nuestras vidas?

Reconozco que puede haber mucho de azar en la vida, pero, al respecto, también pienso dos cosas:

1ª.- Hablamos de azar, como ya sugirió Popper, porque desconocemos las causas de muchos hechos. Que nos parezcan azarosos no significa que no pueda haber una determinación oculta en esos hechos aparentemente casuales. Desechar esta hipótesis me parece que no tiene justificación científica.

2ª.- No podemos negar la libertad humana y la posibilidad humana de cambiar las cosas.

De modo que ya puede aletear la mariposa todo lo que quiera, que yo también puedo decidir ponerme un casco o quedarme en casa cuando hay fuertes vientos. Aplicado a la vida esto quiere decir que hay mucho de nuestro destino en nuestras manos. No todo, ciertamente, pero sí algo, lo suficiente como para no considerarnos simples marionetas en manos de una mariposa.

Y no debemos olvidar que, es posible, que todo tenga un sentido.

Me viene a la memoria una película, que me gustó bastante, que iba de un abogado de éxito (interpretado por Harrison Ford) que apenas se ocupaba de su familia y que un día sale a pasear a su perro (aunque en realidad va a citarse con su amante), entra a comprar unos cigarrillos en un supermercado y termina con un tiro en la cabeza. Al parecer un peligroso atracador (seguramente por el aleteo de una mariposa en China) se encontraba en el super. El pavo se pone nervioso y dispara a la cabeza. Nuestro protagonista sobrevive casi milagrosamente, pero cuando sale del hospital ya no recuerda nada de su vida anterior. Total, que tiene que comenzar una nueva vida en la que consigue poner el trabajo en su sitio, recuperar el amor de su hija y el de su mujer y ser feliz.

¿Fue el disparo un hecho casual o una segunda oportunidad?

Yo, desde luego,lo desconozco, pero no creo que nadie pueda resolver que la primera explicación es la verdadera y la segunda falsa, porque (si es sincero) sabe que lo desconoce. Tan verdad podría ser la explicación del azar como la explicación que apela al sentido.

A mí particularmente me convence más la hipótesis de que en todo haya un sentido. Me parece más racional. El azar no es, en el fondo, una explicación. Que en todo haya un sentido, tendría, como poco, sentido. No sé, lo de las mariposas no acaba de convencerme. Demasiado poder para las mariposas... y demasiado absurdo.